Soy un apasionado de la música, el teatro, el sonido y sobre todo de la voz.
A pesar de que fui un niño muy tímido, tengo el recuerdo de que, en la intimidad del hogar, siempre he estado jugando con ella. Todo de puertas para adentro, ¡claro! Aunque de vez en cuando me soltaba un poco, como aquella vez que tuvimos la visita de un periodista de una radio en clase, y me arranqué a cantar el Yeke Yeke de Mory Kante. Sin saberlo y muerto de vergüenza, aquella seguramente fue mi primera colaboración para una radio.
Con los años, he cantado mucho. Primero en misa, para desgracia de mi difunto padre al que pedía que me llevara a la iglesia toooodos los domingos mientras se preguntaba qué había visto yo de atractivo en dicha celebración. Resulta que lo que me gustaba de aquello era que se cantaba. Luego ya esa fiebre se me pasó, pero seguí cantando en grupos de música de todos los estilos, en el Orfeón Pamplonés, y también en estudios de doblaje.
En el doblaje y la locución encontré mi verdadera vocación: Interpretar.
Ser actor, pero en la sombra de un estudio de grabación.
Una profesión que, tras más de 25 años desde mi primera convocatoria, me sigue emocionando y atrayendo como el primer día. Cierto es que no he tenido mucho tiempo para aburrirme porque me he ido formando en muchos palos dentro de la industria, lo que me ha permitido empatizar con los diferentes perfiles que la componen y aprender de ellos.
Y es que soy un polifacético bicho raro que en ocasiones está delante del micrófono, otras veces a este lado de la pecera jugando con faders, y otras colaborando con las agencias de publicidad en la reducción del copy de la locución en euskera que sieeeempre queda larga. Me apasiona dirigir a otras voces amigas, acompañándoles en busca de la toma perfecta que cada historia necesita, o llevarme todo el día en la cabeza esa melodía cuya traducción y ajuste se me atasca, dándole vueltas y más vueltas, hasta encontrar la métrica y prosodia perfectas.
Me gusta cuidar cada proyecto con mimo y detalle.
Y también involucrarme de forma integral, aportando una mirada global que va más allá del simple hecho de poner voces.
Seguir aquí, 25 años después, formando parte de esta profesión que tanto quiero y respeto, me emociona, y espero poder seguir emocionándome otros tantos años grabando cosas bonitas en compañía de estudios, agencias, clientes presentes y futuros, artistas, compañeros y compañeras, personas con quienes seguir compartiendo proyectos, experiencias y aprendizajes.
Si tienes algo entre manos y te gustaría trabajar conmigo, será un placer poder apasionarme a tu lado.